CUESTIÓN DE CARÁCTER

Emery en rueda de prensa.

Se pueden sacar muchas conclusiones de los partidos de los equipos españoles en la máxima competición continental, una de ellas, fundamental: sin carácter no se puede estar entre los más grandes. Muy sencillo, dos equipos renunciaron esta semana a jugar como saben por miedo o por otro tipo de razones. El resultado, los dos conjuntos fuera de los cuartos de final.

El Arsenal no quiso la pelota en ningún momento, no quiso jugar al fútbol con el Barcelona, renunció a su estilo con dos buenos centrocampistas como Cesc y Wilshere y no tiró ni una vez entre los tres palos. De hecho el único gol que marcaron fue en propia puerta de Busquets. Wenger se achantó, se dejó llevar por los miedos, respetó mucho al Barça y acabó haciendo las maletas. Y después el técnico francés, por supuesto, muy propio del ser humano cuando se equivoca, busca las razones en el exterior. Que si el árbitro, que si la expulsión...sólo hay una realidad y es que no quisieron jugar a fútbol.



El otro gran ejemplo el Valencia. ¿Cómo un equipo de la media tabla de la Bundesliga puede estar en cuartos y el conjunto Ché no? Pues misma respuesta: renunciaron a su estilo. Emery en una maniobra a mi modo de ver muy torpe quita al único que sabe mover la pelota del equipo, a Banega, a veinte minutos del final. Todavía con opciones los valencianistas tiraron el partido y quisieron meterse en cuartos con un rudimentario juego directo. Con Banega fuera del equipo y con uno de sus hombres más en forma como Jordi Alba, que ni tuvo minutos, el Valencia volvió a quedar fuera de Europa.

Mucha culpa de todo esto la tienen unos entrenadores que a la hora de la verdad quieren jugar con un sistema al que no están acostumbrado y que le termina pasando factura. Si tienes unas ideas y una forma hay que morir con ellas. En definitiva, buenos equipos y buenas plantillas que por cuestión de carácter nunca acaban rematando la faena.