Las últimas apariciones de La Roja en Boston y en Venezuela y el revuelo que forma a su paso son la evidencia de que tenemos un equipo histórico. No sólo lo dice la estrella de campeones del mundo encima del escudo; los nacionales lo dicen , lo declaran, lo afirman, en cada pase, en cada obra maestra, en cada jugada. Es una gozada esta España. Es una maravilla ver la humildad de Del Bosque, el toque y el regate 'fácil' de Iniesta, el trabajo de Busquets, el hambre de gol de Villa a pesar de ser ya el máximo goleador de la historia de España, el liderazgo de Casillas, la maestría del sutil Xavi, el temple de Piqué, o la elegancia del 'Chino' Silva.
Señoras, señores no pierdan detalles de estos 'tíos' porque son irrepetibles. La base del Barcelona, el mejor equipo que un servidor ha visto en esto del fútbol, brilla con luz propia en la Selección. Si a todo esto le unimos los retales de lujo del resto de equipos...los demás equipos se desesperan y a la vez disfrutan viéndolos jugar. Todos quieren jugar con ellos, como en el colegio, todos darían la vida por tenerlos de compañeros porque tenerlos en contra es un castigo del cielo. Algún día vosotros podréis decir a las generaciones futuras: "yo un día vi jugar al mejor equipo del mundo y lo formaban españoles".
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