Tanto debate entre los equipos que menos pueden quejarse (lo del Madrid en las últimas jornadas es extremo) dejan clara dos cosas: la ley es distinta para los más grandes y si ya había superioridad en cuanto a presupuestos y repartos televisivos, ahora con la presión hacia el colectivo arbitral ni les cuento.
Señoras, señores, un servidor pierde la ilusión por ver partidos en los que por una cosa o por otra el resultado lo sabemos. Soy el primero que alaba el juego de los Iniesta y compañía, pero que cuando no funcionan los Cristiano y compañía, el culpable sea el árbitro...
Y les dejo varias reflexiones: Quién ganaría si los árbitros fueran robots, ¿habría tanta diferencia de puntos? y si el reparto fuese razonable...ganarían siempre los mismos. Lo que queda claro es que para los quinielistas hay dos casillas acertadas todas las semanas. Pero...¿y la ilusión? ¿Alguien ha pensado en el aficionado?
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